Andrea Octavia presenta tributo a Myriam Hernández en Radio Romance, Guayaquil, Ecuador.

RADIO ROMANCE CELEBRA SU ANIVERSARIO #28 CON ANDREA OCTAVIA EN UN TRIBUTO ACÚSTICO A MYRIAM HERNÁNDEZ.

El 13 de febrero, Radio Romance 90.1FM celebró sus 28 años y el día del amor en compañía de la cantante guayaquileña Andrea Octavia, quien también imita a la artista chilena Myriam Hernández. A pesar de las fuertes lluvias de temporada, al tributo se sumaron las y los oyentes de la emisora que recibieron pases gratuitos al acústico luego de participar mediante los números de la radio, logrando llenar la sala.

Las voces de los asistentes se convirtieron en un coro apasionado que acompañó todas las canciones de la Baladista de América, interpretadas por Andrea Octavia, quien participó en el reality Yo Me Llamo Ecuador. El repertorio que tuvo una duración de una hora y media estuvo compuesto por los éxitos de Myriam, tales como: Ay amor, El hombre que yo amo, Mío, Eres, Herida, entre otros.

Al final se hizo la entrega de dos premios a los asistentes que resultaron premiados, y la baladista pop Andrea Octavia dio a conocer detalles de su próximo lanzamiento, mencionando que “Hola Soledad, su segundo sencillo, ya suena en Radio Romance.

Yo Me Llamo Myriam Hernández AY AMOR – Primera Gala

«Sensaciones antes de interpretar «Ay Amor» como Yo Me Llamo Myriam Hernández, por Andrea Octavia

Si supieras lo que realmente pienso de ti, entonces no me dirías eso», me dijo alguna vez alguien. Entonces entendí que, a veces, logramos que nuestros miedos tomen voz y forma, por lo que creemos saber lo que otros piensan de nosotros, sugestionados por nuestra autocrítica.

Como de costumbre, la noche anterior no había podido dormir bien, pensando en la presentación. En la mañana no pude desayunar, apenas me entró el café. Ni siquiera yo sabía qué esperar de mí en el siguiente show. Era como si toda esa seguridad que antes había tenido en los modestos escenarios que había pisado, simplemente se empezaba a quebrar.

De pronto ya no era la joven con espíritu vencedor que estaba lista para lanzarse al estrellato y que a inicios del 2024 había decidido impulsar su carrera musical como solista, como Andrea Octavia.

Había vuelto la niña de diez años, en la ceremonia de graduación de la primaria, que se autosaboteó para no presentarse a su recitación, y que terminó con vómito y mareos pese a que había invertido horas de ensayo en su poema. La misma niña que en el colegio le rogó a la profesora para no rendir su oratoria en el auditorio porque se moría de miedo, aunque llevaba semanas preparándose con tanto entusiasmo.

La inseguridad se devoraba hasta la ilusión. Hace años que no lo vivía así. No imaginaba que ahora, en la adultez, mientras tocaba mis sueños con las yemas de mis dedos, iba a sentirme así nuevamente: indefensa, frágil, temerosa, insegura.

Durante los ensayos con los profesores de canto de Yo Me Llamo, tuve varias correcciones a nivel vocal, y me enfrasqué en la técnica vocal que debía implementar en “Ay amor”, una canción complicada de la grandiosa Myriam Hernández. No es fácil imitar una voz que canta con un método que no es el tuyo. Y era la primera vez que me disponía a tratar de conseguir el color de la voz de Myriam Hernández lo más parecido posible.

En algún momento creo que lo comenté. Esta Myriam nació en Teleamazonas, porque nunca antes la había imitado, pero de eso conversaré en otra oportunidad.

Francamente pensé que haber crecido con las canciones de la baladista de América me iba a dar, por default, la virtud de poder replicar sus movimientos. No supuse muy bien.

Para la caracterización de la Primera Gala de Yo Me Llamo Myriam Hernández

Se decidió un estilo formal, con pantalón y chaqueta negra, el cabello planchado como Myriam y un maquillaje que me acercara a ella. Empecé a conocer más al equipo de producción y a admirar el grandioso trabajo que hacían.

No sé en qué momento inició el malestar, simplemente me sentía muy ansiosa. El corazón se me salía del pecho, ¡debía controlarlo! Durante el ensayo previo y prueba de sonido, ya en escenario, los maestros me hicieron varias correcciones que me desestabilizaron aún más. Habremos, tal vez repasado la canción unas tres veces, y no veía una real aprobación en el rostro del profesor Ovidio, quien, con gran amabilidad y bastante optimismo, me dirigía sabiamente.

¿Por qué he de buscar aceptación? ¿Por qué no he de poder fijarme sólo en mí? Darle atención a lo que otros piensen, hacía que perdiera aún más la concentración. Claro que el objetivo es que los maestros se sientan satisfechos con mi trabajo, ya que es el reflejo de lo que opinará el jurado y el público, pero qué tal si simplemente me pierdo en la música y me escapo de mis pensamientos vagos…

Me sentí frustrada.

“Yo Me Llamo Myriam Hernández”, inicié.

Todo lo que recuerdo es una cortina nublada alrededor de mí. Las grabaciones constatan que tengo los ojos abiertos, pero yo estoy viendo sin ver. Ni siquiera sé cómo me estoy moviendo, apenas y estoy tratando de no desafinar, de llegar a las notas y de colocar la voz de la forma correcta para que suene lo más parecido a Myriam.

Las críticas del jurado fueron aceptables, pero no favorables en la medida que hubiese deseado.

Estar en tv te expone tanto que es como acostarte con los brazos abiertos en una tabla de picar. Un comentario negativo es un corte que pone en duda tu talento ante el público y tu propia confianza hacia ti mismo. Y hasta entonces, yo tenía el defecto de desangrarme más que el resto por mínima que sea la incisión.

Las dudas a flor de piel, me hicieron revelar en público que estaba nerviosa. Y seguramente mi estado sí se notaba, pero decirlo fue un error. Sentí que me coloqué un letrero en la frente que decía: “Atención, mujer nerviosa”. Fue como darle luz verde a todo el mundo, participantes y producción, para que me hagan observaciones sobre mi nerviosismo.

Al final respiré. Aprendí. La idea es aprender y mejorar… 

Día de Duelo de Yo Me Llamo Myriam Hernández Ecuador

Andrea Octavia frente a otras 2 Myriam Hernández y un sólo puesto para  el Yo Me Llamo Ecuador 7ma. Temporada 2024

En este relato te comparto 2 lecciones importantes que me dejó el Día de Duelo de Yo Me Llamo Myriam Hernández, pero antes déjame contarte:

Durante casting me quedé pasmada al ver entrar a una Myriam Hernández que, para mí, estaba muy bien caracterizada. Luego supe que ella tenía años trabajando con el personaje y había participado en otros Yo Me Llamo de algunos otros países.

 

Francamente, yo no estaba muy optimista. No había imitado antes, nunca había estado en una competencia de Tv y jamás había participado en un duelo. Sin embargo, debía intentarlo porque ya había dado el paso más grande, el de clasificar al casting entre cientos de personas. Estaba casi que obligándome a pelear una batalla que, en mi interior, ya estaba perdida.  

¿Pesimismo o realidad?

Algunas personas dirían que me faltaba seguridad. Yo diría que me sobraba realidad. A veces no se trata de lo mucho o poco que confíes en ti y en tu talento. Se trata de ser objetiva, de contemplar el escenario, analizar riesgos y no almacenar esperanzas ciegas para no golpearte luego con la realidad.

Es un fundamento que sigo creyendo, pero que para ese entonces y, estrictamente para ese contexto, tenía un fundamento hueco, ya que me dejé llevar por las apariencias, por el pavoneo y la careta. Desde niña, casi siempre se me hizo difícil ocultar mi esencia. No porque no supiera cómo hacerlo, sino porque no le encuentro sentido a las máscaras, a las posturas del mundo que intenta parecer implacable cuando en la fragilidad habita la verdadera belleza; en la naturaleza del ser. Siempre me sentí impostora, falsa y vacía cuando sentía que tenía que vestirme de arrogancia para transmitir que poseo cierta altura en comparación a los demás. Debe ser que, por encima de todo, rescato la humanidad.

 

La realidad era que no había razón de tanta inseguridad, ¿por qué adelantarse al momento de la verdad?

Peligroso amor, peligrosa incertidumbre

Pero, hasta ese entonces, con más dudas que certezas, me atreví a volver al duelo para dar batalla y, de ser así, morir peleando. Nos tocó un duelo de tres.  Éramos 3 Myriam Hernández que debíamos cantar una misma canción. -Peligroso Amor- distribuida en estrofa y coro para cada una. Era una pelea justa. Yo, Andrea Octavia, era la primera.

Durante el casting, ni siquiera sabía las dimensiones del escenario. Para el duelo, ya tenía una idea.

 

Aunque cansados por el día anterior, todos los concursantes tuvimos un ensayo grupal en escenario. Creo que fue mi oportunidad. Puse escuchar a las demás y los demás pudieron escucharme a mí, con lo que recibí críticas constructivas de mis demás compañeros y caí en cuenta de mis fallas.

Aquel día, yo estaba preparada para lo que fuera a suceder. Fueron horas de espera y el corazón no se calmó en ningún momento. Pero debía disimular serenidad porque tristemente, en este tipo de situaciones, hay mucha gente hambrienta de miedos ajenos.

 

3 mujeres para el duelo de Yo Me Llamo Myriam Hernández

 

 Llegó el momento del show de las Myriam Hernández. Ya no había cabida para las dudas. Era salir y dar todo lo que podía dar, cargando un centenar de emociones. Salí y a mi alrededor todo se nubló. Empecé, tratando de concentrarme en la técnica vocal, suplicándole al corazón que deje de correr y a la mente que no se tropiece con mi canto.

 

Concluí. Era el turno de las demás, y yo solamente podía pensar en: ¡Dios! Gracias por permitirme florecer. Que gane la que deba ganar.

La decisión final: ¿Quién sí se llama Myriam Hernández?

Al finalizar nuestra actuación, pensé que todas lo habíamos hecho muy bien y sinceramente no sabía qué esperar.

 

Cuando mencionan mi nombre al anunciarme ganadora, mis ojos saltan con tanta sorpresa porque valoré el esfuerzo de mis contrincantes y, para mí, todas tenían el potencial. Aunque, cuando revivo el momento, con humildad y nostalgia, digo: ¡Bien ganado!

Y ahora sí, las 3 lecciones que quiero compartir del Día de Duelo de Yo Me Llamo Myriam Hernández Ecuador, por Andrea Octavia:

 

  • 1. Tu mayor poder radica en la confianza que tienes en ti mismo.
  • 2. La mayor parte de lo que nos intimida habita solamente en nuestras mentes. No te dejes impresionar ni sorprender por cosas que carecen de sustancia.
  • 3. La Tv es un monstruo (en el buen sentido) pero todo es manejable. Aprendamos a disfrutar y a aprovechar las oportunidades. 
¡Gracias por estar aquí!

Soy mamá, comunicadora social y artista. He construido este espacio para compartirte mis experiencias en la música, con la esperanza de que te puedan beneficiar de cualquier forma. Te invito a seguirme en redes sociales y a escuchar mi música. ¡Gracias por tu apoyo!

Con amor, Andrea Octavia. 

Día de Casting Yo Me Llamo Myriam Hernández Ecuador


Mi experiencia en el casting YO ME LLAMO MYRIAM HERNÁNDEZ Ecuador 2024 (por Andrea Octavia)


Voy a contarte cómo fue mi experiencia, voy a desnudar mi alma para contarte mis temores y voy a compartirte las lecciones de vida que me llevo de cada gala. Empezaré por el Casting Yo Me Llamo Myriam Hernández.

Soy Andrea Octavia y reencarno a la baladista de América en el reality YO ME LLAMO 7ma. Temporada de Ecuador.

Me atrevo a escribir estas memorias porque siento que mi experiencia puede servirle a cualquier persona que se atreva a competir, no solamente en un programa de canto como Yo Me Llamo, sino también en cualquier sector. Al final, todo concurso tiene los mismos objetivos: aprender, crecer y ganar. Y todo concurso despierta las mismas emociones: felicidad, miedo, ansiedad, tristeza, angustia, placer.

Pero dejemos de hacer tanto preámbulo. En esta oportunidad te hablaré sobre:


Cómo viví el Día de Casting Yo Me Llamo Myriam Hernández

Jamás había sentido un puño tan fuerte presionando mi estómago. Me levanté a las cinco de la mañana sin haber dormido durante toda la noche anterior. La ansiedad no me dejó conciliar el sueño. Los nervios me comían viva. Jamás me había sentido así, tan angustiada, con tanta incertidumbre. No desayuné, tenía fuertes náuseas, no me entraba ni el café.

La experiencia en eventos que ya había tenido, incluso en teatro, me sirvió poco o nada. El hecho de saber que iba a ser grabada por enormes cámaras de televisión, que se trataba de un programa que iba a ser transmitido a nivel nacional, me tenía totalmente desencajada. 

Ni hablar del hecho de saber que iba a cantar frente a un jurado que definiría si yo iba a continuar o no y que estaba compuesto por Pamela Cortés, mi referente en la música, a quien respeto y admiro muchísimo, por  Erika Vélez, una de las mujeres más bellas del Ecuador que se ha posicionado como una de las mejores presentadoras del país, y Axel, el cantante argentino que yo nada más había escuchado en la radio y había visto en videos musicales; lo escuché durante toda mi adolescencia y suspiré con sus canciones.


Nuevos amigos, nuevos conocimientos

Al llegar, vi a tanta gente caracterizada que parecía una fiesta de disfraces. Soy súper amiguera, así que me fortalecí con la actitud ganadora de mis compañeros, o más bien, contrincantes, aunque no me gusta verlos de esa manera. Prefiero creer que Dios nos tiene algo preparado a cada uno, que cada uno debe dar lo mejor y que al final gane el que se lo merece más.

 Considero que un competidor no es nuestro enemigo, es nuestro impulso para mejorar, y no debemos llevarnos mal con ese impulso. Con la mejor actitud hice nuevos amigos, escuché sus anécdotas, atenta a sus consejos, ya que muchos de ellos venían de otros Yo Me Llamo u otros concursos televisivos. 


La espera...

Entendiendo el mundo de la televisión

La televisión tiene la función de entretener y hacernos la vida más placentera a todos, con programas familiares como Yo Me Llamo, pero no todos saben la verdadera labor detrás de todo el equipo de producción y, por supuesto, de los participantes que van detrás de un sueño. Para este tipo de competencias televisivas es importante recopilar una serie de material audiovisual que comprende entrevistas, tomas de paso, testimonios, entre otros. Capturar este material podría tomar horas.

 

De tal modo, fueron más de ocho horas de espera. Es comprensible, éramos un grupo inmenso de personas que nos disponíamos a audicionar, pero yo, entre más esperaba, más debía convivir con una terrible ansiedad que me consumía porque, en realidad,  yo desconocía la dinámica de un reality show, pues iba a ser mi primera vez en televisión.

 

 

Otra Myriam Hernández…

 

Durante las primeras horas, vi llegar a tres aspirantes que, más que aspirantes, parecían verdaderos imitadores, al menos por apariencia. La caracterización de cada uno era casi impecable. Se notaba que venían de otra parte. Llegaron y un aura de grandeza y seguridad los rodeaba. No había duda, los tres llegaron directamente a ganar, pensé. Entre ellos, una Myriam Hernández.

 

No voy a negarlo, fue un aterrizaje duro hacia la realidad. Es decir, había contemplado la probabilidad de que exista una imitadora «profesional», pero lógicamente no quería que ocurriera. No obstante, estaba ocurriendo.

 

Había escuchado que conmigo ya éramos cuatro Myriam Hernández y que una extranjera había llegado casi con el título ganado, entonces decidí que aquello no me robaría la paz, que igual lo iba a intentar porque, después de todo, no había escuchado cantar a ninguna, y, con ayuda de una gran amiga, volví a confiar en mí y en mis capacidades.

 

Que gane la que mejor defienda el personaje

Durante las horas posteriores, busqué hacerme amiga de mis competidoras directas, en ese momento, las otras 3 Myriam Hernández que estaban haciendo el casting al igual que yo. Jamás había escuchado a ninguna, no sabía con qué sorpresa saldrían. Yo estaba segura de mi talento, pero lo hubiera estado más si hubiera podido comparar con tiempo las voces de cada una. 

Te prometo que, objetivamente, yo iba a aceptar si alguna o varias tenían más potencial que yo; pero en ese momento debía atenerme a la sorpresa. Y eso era algo que no soportaba mi ansiedad, pero no quería que mi corazón se rompa si yo no llegase a ser admitida. Quería sentir alegría auténtica por cualquiera de las demás chicas, si es que alguna de ellas llegase a ganar el puesto. Así lo hice, pude conocer a cada una de ellas, conversar un poco, saber de su vida y sentir real empatía. Al final, les deseé de corazón lo mejor. 

 

Mi turno en el Casting Yo Me Llamo Myriam Hernández

Horas de incertidumbre. Llegó mi turno. No podía con tanta adrenalina. Mi corazón estallaba. La ansiedad dejó de ahogarme, se empezaba a liberar con tanta presión que apenas podía controlar mis acciones. Los nervios me amenazaban con arruinar todo lo que había planeado y la razón estaba nublada con ánimos de desconectarme el cerebro de la acción. Yo era todo impulso, y en piloto automático me paré en el escenario como un toro que recién ve la luz, luego de semanas de oscuridad. Empezó la música, empecé a cantar y cuando me di cuenta ya había terminado. Mi cabeza decía: me descarrilé.

Los comentarios no fueron malos, de hecho fui aprobada, pero tampoco fueron los comentarios que hubiese querido. Yo pude haberlo hecho mejor, de eso estaba 100% segura. Luego un profesor de canto me diría que no debía juzgarme tanto; pero casi siempre en mi vida fue una elección entre todo o nada. No me gustaba lo tibio. Era frío o caliente. A pesar de que soy la primera en promover el valor del gris ante la disputa del blanco o del negro, yo no podía ser muy amable conmigo cuando se trataba de poner en riesgo la credibilidad de mi talento.

¿Dije que había sido aprobada? ¡Sí! Pero para el duelo, porque tres Myriam Hernández más también pasaron el casting…

 

 

3 Lecciones que aprendió Andrea Octavia en el Casting Yo Me Llamo

 Myriam Hernández:

¿Qué es lo que debí hacer? Probablemente debí haber dormido mejor, debí haber tomado valeriana y haber subido al escenario con toda la conciencia de la técnica que iba a implementar para que mi voz se pareciera más a la de Myriam Hernández. Debí disfrutar más, pero ahora me abrazo y me comprendo. No es fácil pararse en un escenario como ese, aquello es para valientes. 

 

  1. Cree en ti y en tu talento más que en el de cualquier otra persona.
  2. No permitas que el entorno te quite el enfoque. Concéntrate en ti y no te compares.
  3. No conspires en tu contra. Sé más amable contigo mismo.
¡Gracias por estar aquí!

Soy mamá, comunicadora social y artista. He construido este espacio para compartirte mis experiencias en la música, con la esperanza de que te puedan beneficiar de cualquier forma. Te invito a seguirme en redes sociales y a escuchar mi música. ¡Gracias por tu apoyo!

Con amor, Andrea Octavia.